Las maravillas de la colmena
El término APITERAPIA es asociado por muchos únicamente al tratamiento de distintas enfermedades con el veneno de las abejas, sin embargo desde la antigüedad se conocen los atributos terapéuticos de los derivados de la colmena.
Así la miel, el propóleo, el polen y la jalea real se han transformado en coadyuvantes de complemento irreemplazables en la tratamiento preventivo y curativo ante diversas dolencias y enfermedades.
La naturaleza quiso que TODO lo que nos entregan las abejas sea bueno para la salud del hombre.
Quistes y tumores
La riqueza nutricional de los derivados de la colmena y la acción de la Apitoxina explican en parte la respuesta antitumoral que ejerce su tratamiento. El polen y su riqueza en selenio son relevantes para prevenir ciertos tipos de cáncer (pulmón, colon, colon-rectal) debido ante todo a las propiedades antioxidantes de este mineral.
La Apitoxina y el propóleo ejercen una importante acción inmunoestimuladora,
actuando incluso directamente sobre la célula cancerosa.
En experiencias de laboratorio se ha demostrado la capacidad de inhibición del crecimiento tumoral (sobre todo por la acción de la artepilina C del propóleo) y sobre la formación de ciertos tipos de metástasis. La riqueza de flavonoides del propóleo ejerce un efecto directo en los macrófagos, estimulando y aumentando la función de los mismos.
El nivel inmunitario de un medio precanceroso será fortalecido por el consumo de polen y propóleo, inhibiendo la aparición de células cancerígenas.
Heridas crónicas
En la piel el propóleo manifiesta propiedades cicatrizantes y regeneradoras del epitelio, especialmente en casos de quemaduras y heridas.
La capacidad de curar heridas se realiza en dos etapas: bloqueo de los agentes infecciosos e inicio de procesos mucolíticos, limpieza del área herida y estimulación del proceso de granulación.
En las heridas o úlceras crónicas de las piernas, el propóleo contribuye a la reestructuración de las membranas capilares, proliferación de vasos de neoformación y a la mejoría de los procesos celulares y tisulares.
En cuadros de radiculitis (inflamación de una raíz nerviosa) tanto el propóleo como la Apitoxina permiten tratamientos de alta efectividad.
La arteriosclerosis
La Apiterapia favorece el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares a razón de sus efectos reguladores de los lípidos de la sangre. La ayuda se refleja particularmente en el LDL-colesterol (colesterol “malo” que puede fijarse a las paredes de las arterias) y por lo tanto en el tratamiento o prevención de la arteriosclerosis.
Tanto la miel, el propóleo, el polen y especialmente la Apitoxina por la acción de la melitina, actúan de forma sinérgica y disminuyen sustancial y rápidamente la tasa de LDL-colesterol, aumentando la excreción de sales biliares (que se combinan con el colesterol) a nivel intestinal y en consecuencia, favorece su eliminación por medio de las heces.
Es destacable que además se produce una elevación de la tasa HDL-colesterol “bueno” que retorna al hígado donde es metabolizado para ser utilizado por el organismo.
Diabetes tipo 2
La actividad del propóleo sobre el páncreas y en el tratamiento de la diabetes puede explicarse como sigue: produce un aumento del número de las islas de Langerhans, teniendo como resultado una hipersecreción de insulina.
El alto nivel de secreción de insulina causa una disminución del nivel de la glucosa sanguínea y una alta acumulación de glucógeno al nivel del hígado y de otros órganos.
Por lo tanto podemos aseverar que el propóleo estimula (aumenta) la actividad hipoglicemiante de la insulina.
Así también la jalea real favorece la reducción de los niveles de azúcar en la sangre.
Hepatitis crónica y cirrosis
La Apitoxina interviene en el tratamiento de la hepatitis B crónica y la cirrosis del hígado, disminuyendo los síntomas y mejorando el estado físico y la función hepática del paciente, al cabo de pocas sesiones de tratamiento.
El tratamiento en base a polen ayuda a mejorar la sintomatología de ciertas hepatitis crónicas, especialmente por su actividad propicia en el metabolismo hepático de las proteínas, las enzimas, los glúcidos y los lípidos.
Por sus cualidades el polen y el propóleo ayudan efectivamente en los procesos de desintoxicación del hígado.
Por último, la miel también es un efectivo bálsamo que alivia las funciones de un hígado afectado por cuadros de intoxicación.
Reumatismos
La jalea real mejora sensiblemente el estado del paciente reumático y es también un excelente instrumento de prevención de la enfermedad.
Por su riqueza en minerales (manganeso, fósforo), ella actúa favoreciendo la nutrición del cartílago. El triptófano y la tirosina, dos aminoácidos que ella contiene, aseguran la vitalidad de los tejidos de sostén y las vitaminas A, D y E conservan la salud del hueso.
La Apitoxina por sus cualidades analgésicas y antiinflamatorias es muy indicado para aliviar las molestias del reumatismo, aportando un bienestar pronto y seguro que entrega beneficios locales y sistémicos en todo el cuerpo del paciente.
Tiroiditis autoinmune
Enfermedad que puede ser responsable del bocio, es uno de los problemas más importantes de la endocrinología. Es altamente resistente a los tratamientos convencionales.
La Apiterapia propone su tratamiento mediante el consumo de propóleo, en forma alternativa al tratamiento convencional.
El propóleo posee cualidades inmunomoduladoras que favorecen la cura de esta enfermedad y del bocio, acortando de manera importante la duración de los tratamientos.
El polen también beneficia a quienes padecen afecciones a la tiroides por falta de yodo, pues éste está presente en el polen y es muy importante su aporte en el equilibrio orgánico para superar este tipo de enfermedades.